Mindfulness o atención plena es la capacidad que tenemos todas las personas de estar en el presente, en el aquí y ahora.
Podría sonar raro esto de “estar en el presente”. Me dirán: “¡Pues claro que estoy en el presente!, ¿dónde estaría si no? ¡Back to the future es una película!”. A lo que me refiero es que tú puedes estar aquí, pero… ¿dónde está tu mente?, ¿dónde están tus pensamientos? ¿Ahora te hace más sentido esto?
Podemos pensar que estamos atentos y concentrados en todo momento, pero la verdad es que la mayor parte del día nuestra mente está en el futuro, visualizando posibles escenarios, o reviviendo experiencias pasadas.
Jon Kabat-Zinn, reconocido profesor de medicina de la Universidad de Massachusetts, introdujo esta práctica de mindfulness en Occidente, hace más de 30 años. Es fundador de la clínica de reducción de estrés, y con esta práctica ha ayudado a pacientes para tratar el dolor crónico, problemas psicológicos, y síntomas asociados con el estrés.
Esta técnica, basada en la concentración, es cada vez más conocida como método para reducir el estrés y la ansiedad.
Mindfulness te ayuda a poner en sincronía tus sensaciones con tus pensamientos, te da ese equilibrio entre pensar, sentir y actuar, y con esto puedes ejercitar y desarrollar la regulación de tu atención y tus emociones.
Las personas tendemos a pensar siempre de la misma manera, y darnos un espacio para observar cómo nos sentimos, nos brinda la oportunidad de reconocer diferentes alternativas en nuestra vida.
Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra austríaco que sobrevivió a varios campos de concentración, decía que entre el estímulo (lo que nos pasa) y la respuesta (nuestra reacción) hay un espacio; y es en este preciso espacio donde podemos observar nuestras sensaciones y escoger con libertad qué hacer en distintas situaciones, pensar en diversas posibilidades y reconocer que siempre tenemos diferentes opciones.
Estudios en neurociencias han demostrado que la práctica de mindfulness refuerza la actividad de ciertas áreas cerebrales como nuestra área frontal, asociada con emociones positivas, concentración, memoria, motivación y optimismo. Igualmente, practicar Mindfulness reduce la actividad en las amígdalas cerebrales, en el sistema límbico donde se producen emociones como el miedo y el enojo, inseguridades y memorias negativas.
¡Práctica el Mindfulness para reducir el estrés!
Te invito a realizar tres sencillos ejercicios que presento a continuación.
- REGULA TU RESPIRACIÓN
Respira de manera consciente por unos segundos, dedica el mismo tiempo al inhalar que al exhalar. Por ejemplo: Inhala por la nariz en 5 segundos, y exhala lentamente por la boca en 5 segundos. Haz esto 3 veces para empezar. Cuando enfocas tu atención en la respiración, despejas tu mente de pensamientos nocivos. - UTILIZA TUS SENTIDOS
Enfócate en 2 cosas que puedas ver a tu alrededor: un árbol, un cuadro. Luego, en 2 cosas que puedas tocar, como tus piernas o la silla en la que estás. Ahora presta atención a 2 sonidos que estén cerca de ti; ¿hay música?, ¿aire acondicionado?, ¿alguien caminando? Ahora saborea algo en tu boca y distingue qué sensaciones se presentan: líquido, sólido, frío o ácido. Finalmente, concéntrate en un olor que puedas detectar. - REALIZA UNA ACTIVIDAD QUE NECESITE DE TU ATENCIÓN
Si te gusta la pintura, el dibujo, o tocar un instrumento musical, dedícale un momento. Haz fotografías, toma una clase de baile. ¿Qué tema te gusta? ¡Lee sobre eso o aprende algo nuevo! Visita un museo, aprende tu canción favorita, memoriza un chiste y cuéntalo.
¿Te diste cuenta de que haciendo estos pequeños ejercicios tu mente estaba ahí contigo? Y si te distrajiste y algún pensamiento te desvió a otro lugar, ¡no importa!, es normal. Simplemente vuelve a traer tu atención al momento presente, de eso se trata el mindfulness, de tener más momentos en el aquí y en el ahora.